top of page

El micrófono, ¡sí hola! estoy aquí

Puede sonar una obviedad, pero creedme: mucha gente lo olvida. No sabéis cuántas veces he tenido que parar una grabación porque el invitado —o incluso el propio presentador— estaba hablando literalmente… al aire.

En el caso del invitado lo entiendo: no tiene por qué saber cómo funciona un micro. Pero un presentador, ejem, debería tenerlo claro desde el minuto uno. Tu posición frente al micrófono es importantísima.

Sí, los técnicos podemos hacer casi magia con las herramientas: reducir ruidos, limpiar el aire acondicionado de fondo, disimular el room noise típico de cualquier sala, incluso suavizar un eco molesto. Pero hay una cosa que nunca podremos inventar: lo que el micrófono no ha captado. Y al revés, lo que sí ha grabado, por malo que sea, es muy difícil de eliminar del todo.

Por eso, si no mantienes una distancia coherente al micro, lo más probable es que aparezcan problemas:

  • Popeos (esas “p” explosivas que revientan los auriculares).

  • Saturaciones cuando subes demasiado la voz o te ríes sin control.

  • Cambios bruscos de volumen si te alejas o giras la cabeza.

El técnico está para avisarte y cuidar de todo eso, sí, pero cuando la grabación ya ha empezado, la responsabilidad es tuya. Lo normal es que el técnico no te corte a mitad de frase, así que eres tú quien debe estar pendiente de cómo se está registrando tu voz.

Mi consejo es muy simple: conoce bien tu micrófono y cómo colocarte ante él. Esa es la verdadera herramienta que diferencia a un aficionado de alguien que suena profesional.

Y si tienes dudas, fórmate, pregunta, aprende. Aquí en Local Reset nos encanta ayudar con eso. Porque un buen micro no hace milagros por sí solo: necesitas saber tratarlo como se merece.

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page